El colapso de la moderación en las redes sociales
Nuestras plataformas de redes sociales y el gobierno han tenido cuatro años para hacer las cosas bien. En cambio, han levantado las manos. En los días posteriores al 6 de enero, Meta, Twitter, YouTube y Twitch suspendieron al ex presidente Donald Trump debido a publicaciones que las empresas afirmaron que glorificaban la violencia en el Capitolio. Fue la decisión de moderación más extrema que estas compañías habían tomado jamás. Las plataformas también tomaron medidas drásticas para eliminar miles de cuentas pertenecientes a milicias, teóricos de la conspiración y el contenido que compartían, lo que llevó a los Estados Unidos a ese momento. Pero eso no duró mucho.
Consecuencias tras las elecciones intermedias de 2022
Después de las elecciones intermedias de 2022, el equilibrio de poder en el Congreso cambió. Los republicanos ahora tenían una mayoría, aunque reducida, en la Cámara de Representantes y utilizaron ese pequeño poder para atacar a los investigadores y trabajadores de confianza y seguridad que hacían el arduo trabajo de desmentir mitos electorales. Jim Jordan fue elevado a presidente del poderoso Comité Judicial de la Cámara y de inmediato lanzó investigaciones que sofocaron el trabajo de académicos y, en el peor de los casos, lanzaron campañas de acoso contra equipos de moderación enteros. Como resultado de estos ataques, el Observatorio de Internet de Stanford, uno de los principales grupos de investigación sobre desinformación, cerró definitivamente durante el verano.
La infraestructura social y su impacto en la democracia
Ahora, gran parte de la infraestructura de redes sociales que se construyó para proteger nuestros sistemas democráticos en los meses y días posteriores al mortal disturbio se ha colapsado, ya sea por desatención o por la fuerza. Solo quedan cinco días hasta el Día de las Elecciones y se ha formado un abismo en lo poco que queda de la base.
La transformación de Twitter y sus efectos
Para empezar con lo que todos sabemos: Elon Musk tomó el control de Twitter y lo convirtió en X, un desierto conspirativo donde los vendedores profesionales de desinformación ganan miles de dólares vendiendo mentiras. Musk restableció cuentas pertenecientes a Alex Jones y Andrew Tate, ambas prohibidas años antes de que comenzara el ciclo electoral de 2020. Y, para llevarnos al presente, Musk ha pasado las últimas semanas haciendo campaña por Trump y difundiendo mentiras sobre las elecciones.
Estas fisuras en las plataformas han ocurrido en todo el espectro. El año pasado, Alphabet, Meta y X redujeron el tamaño de sus equipos de confianza y seguridad, y Meta abandonó por completo un proyecto de construcción de una nueva herramienta de verificación de hechos como resultado de los recortes. Meta no solo ha hecho la vista gorda a las milicias que actualmente se están organizando en sus plataformas, sino que también está generando automáticamente grupos relacionados con las milicias.
Fuente y créditos: www.wired.com
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