El número de inmigrantes en Suecia disminuye drásticamente
El número de inmigrantes en Suecia es más bajo de lo que ha sido en mucho tiempo.
A principios de agosto, la Ministra de Migración, Maria Malmer Stenergard, declaró que Estadísticas de Suecia, la agencia oficial de estadísticas del gobierno, había encontrado que 5,700 personas más habían emigrado que inmigrado en el período de enero a mayo de 2024. Stenergard añadió que se esperaba que la tendencia continuara, señalando que el número de solicitudes de asilo no había sido tan bajo desde 1997.
Un cambio en las políticas de inmigración
No es la primera vez que Suecia ha visto una caída dramática en las solicitudes de asilo. En 2016, 28,939 personas solicitaron asilo en un país de poco más de 10.5 millones— un descenso significativo respecto a las 162,877 solicitudes en 2015.
La disminución en los números se puede atribuir a la decisión del gobierno de cambiar de rumbo. A finales de 2015, los Socialdemócratas en el poder pusieron fin a las políticas de inmigración e integración anteriormente liberales, que habían permitido la aceptación de numerosos solicitantes de asilo de países en crisis, y endurecieron considerablemente las políticas migratorias.
Desde octubre de 2022, un gobierno minoritario liderado por el primer ministro conservador Ulf Kristersson está en el poder, apoyado por el nacionalista de extrema derecha Partido de los Demócratas de Suecia.
Migrantes volviendo a sus países de origen
Según el comunicado de prensa más reciente del gobierno sueco, cada vez hay más personas que originalmente provienen de Irak, Somalia o Siria dejando el país. Permanece indefinido cuántos de estos retornados voluntarios figuran en las últimas estadísticas de migración. Sin embargo, Stenergard parece convencida de que las cifras actuales son el resultado de las políticas más restrictivas de los últimos ocho años. “Los esfuerzos del gobierno están dando frutos”, afirmó.
Los motivos de los inmigrantes que se van también siguen siendo inciertos. En 2017, Parusel explicó que “dificultar la vida de los solicitantes de asilo obligados a abandonar el país” no es un método adecuado para fomentar que la gente se marche de Suecia de manera voluntaria. Por el contrario, él dijo que habría más dificultades sociales si se les privara de beneficios y vivienda.
La lucha contra el crimen organizado
Sin embargo, un signo de que las restricciones más severas no han resuelto todos los problemas es la continua problemática del crimen organizado. El primer ministro Kristersson se ha fijado el objetivo de combatir este problema, atribuyéndolo a la “irresponsable política de inmigración y una integración fallida” del gobierno anterior.
De hecho, Suecia ha estado luchando durante años contra grupos criminales que se financian principalmente a través del narcotráfico y el fraude. Ha habido tiroteos fatales y ataques con bombas, y también incidentes en los que transeúntes han quedado atrapados en el fuego cruzado.
Estos incidentes tienden a ocurrir en vecindarios más pobres, donde hay una mayor proporción de migrantes. Pero los expertos han atribuido el crimen en gran medida a los altos niveles de desempleo, la falta de perspectivas y la pobreza.
Fuente y créditos: www.dw.com
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