Informe sobre la prevención de la demencia
Tratar la pérdida de visión y el colesterol alto son dos nuevas formas de reducir el riesgo de desarrollar demencia, según sugiere un importante informe. Los científicos han identificado 14 problemas de salud que, si se reducen o eliminan, teóricamente podrían prevenir casi la mitad de los casos de demencia en el mundo. Las personas de mediana edad y los países más pobres son los que más podrían beneficiarse de la atención a estos factores de riesgo, según el último informe de la Comisión Lancet sobre este tema. Se prevé que el número de personas que viven con demencia podría más que duplicarse, alcanzando los 153 millones para 2050.
Factores de riesgo modificables
La demencia ocurre cuando una enfermedad, como el Alzheimer, daña las células nerviosas en el cerebro y conduce a confusión y pérdida de memoria, pero no es una parte inevitable del envejecimiento. La mayor parte del riesgo de demencia se debe a factores que no podemos controlar, como los genes que heredamos de nuestros padres y abuelos. Sin embargo, el 45% de nuestro riesgo puede modificarse, según expertos internacionales en el campo, y, por lo tanto, puede ser reducido. “Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para actuar”, dice la autora principal, la profesora Gill Livingston, de University College London. “Los gobiernos deben reducir las desigualdades en los riesgos, haciendo que los estilos de vida saludables sean alcanzables para todos.”
Recomendaciones globales
Los investigadores han elaborado una lista de recomendaciones en las que los países de todo el mundo deberían enfocarse, que incluyen:
- Hacer los audífonos accesibles para quienes tienen problemas auditivos
- Asegurar una educación de buena calidad para todos
- Apoyar a las personas para que dejen de fumar
- Fomentar el ejercicio y el deporte
- Reducir la hipertensión arterial desde los 40 años
- Tratar el colesterol alto desde la mediana edad
- Abordar la obesidad lo antes posible en la vida
- Reducir el consumo problemático de alcohol
- Asegurar que las personas no estén aisladas socialmente o se sientan solas
- Realizar pruebas para problemas de visión y proporcionar gafas a quienes las necesiten
- Reducir la exposición a la contaminación del aire
Impacto personal de la demencia
La demencia ha tenido un gran impacto en la familia de Andy Watts. Con 58 años, de Berkshire, vio a su padre diagnosticado con Alzheimer a los 64 años, falleciendo a los 80. “Vi a mi padre deteriorarse lentamente durante muchos años. En cierto modo, los pierdes antes de perderlos realmente, porque su personalidad se desvanece gradualmente”, dice Andy. Verlo suceder “te arranca el corazón”, añade. Su familia tiene una larga historia de demencia y colesterol alto, por lo que se chequea regularmente. Andy considera que es “motivador” saber que hay cosas que él y su familia pueden hacer para intentar minimizar el riesgo de demencia, como centrarse en la dieta y el ejercicio. “Quiero hacer todo lo posible para reducir el riesgo”, afirma.
Investigación y resultados preocupantes
Según el informe, algunos factores son más riesgosos que otros. Por ejemplo, se estima que la pérdida auditiva y el colesterol alto son responsables de la mayoría de los casos de demencia prevenible (7% cada uno). En la etapa temprana de la vida, la falta de educación es el factor determinante, mientras que en la vida posterior, el aislamiento social y la pérdida de visión representan un gran riesgo. Algunos expertos son más cautelosos sobre lo que la evidencia muestra. La profesora Tara Spires-Jones, directora del Centro de Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, señala que este tipo de investigación no puede vincular de manera concluyente ninguno de estos factores directamente con la demencia. Sin embargo, añade que contribuirá a la creciente evidencia de que un estilo de vida saludable puede “aumentar la resiliencia cerebral y prevenir la demencia”. “Debemos tener cuidado de no implicar que las personas con demencia podrían haberlo evitado si hubieran tomado decisiones de estilo de vida diferentes”, afirma el profesor Charles Marshall, de la Universidad Queen Mary de Londres. Él agrega que la mayor parte del riesgo de desarrollar demencia está fuera del control de un individuo.
El rol de la pérdida de visión y el futuro de la demencia
Samantha Benham-Hermetz, de Alzheimer’s Research UK, describió los hallazgos del informe como “revolucionarios”. “Muchas personas piensan en la demencia como algo que ocurre a las personas en la edad avanzada, pero la demencia no es una parte inevitable del envejecimiento”. Los científicos no saben exactamente cómo se relaciona la pérdida de visión con la demencia, pero sugieren que podría deberse a que el cerebro se encoge porque ya no necesita procesar ciertos aspectos de la visión en la vida posterior. La pérdida de visión también puede “limitar la vida de las personas, haciéndolas salir menos, sentirse más aisladas y tener menos experiencias nuevas”, dice la profesora Livingston. En muchos sistemas de salud, como el NHS, la visión deteriorada puede ser tratada. Sin embargo, es más un problema en los países de bajos ingresos, que no disponen de los mismos recursos. A pesar de ello, hay razones para ser optimistas: a pesar de que las personas viven más tiempo, ha habido una reducción de la demencia en los países de altos ingresos, lo que se cree que se debe a los cambios en el estilo de vida, como que menos personas fuman cigarrillos. Sin embargo, el aumento de la esperanza de vida está impulsando el aumento de los casos de demencia en los países de bajos ingresos. “Hace doce años, habrías dicho que no hay nada que puedas hacer sobre la demencia, pero eso realmente no es el caso”, dice la profesora Livingston.
Fuente y créditos: www.bbc.com
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